Mensajero

No quiero ser un eco, quiero ser una voz.

Quiero alto tan real y tan vivo dentro de mí que cuando hable con Dios mentiras sean destronadas, argumentos sean destruidos, acusaciones sean removidas y gente tenga encuentros con Dios en su corazón.

Este deseo me ha fascinado por los últimos 25 años, y yo sé que ese mismo deseo te ha consumido igualmente. Tú no quieres repetir como un perico el mensaje que Dios le dio a otra persona, tú no quieres danzar alrededor del fuego de otros. Tú quieres tu propio fuego de encuentro con Dios, y desde ese lugar, ser una voz que provoca el mismo deseo en otros.

Dios está levantando mensajeros en estos días. Ellos no son llamados a ser ecos del mensaje de otros, sino voces que recibieron revelación en el desierto del ayuno y la oración, voces que han ido profundo en la Palabra de Dios, voces que han tenido encuentros con Jesús, y del fluir de esos encuentros prepararán la tierra para el regreso de Jesús.

En este curso, exploraremos Isaías 40 para ver el mensaje y el tipo de mensajero que Dios profetizó que levantaría antes de Su segunda venida. Discutiremos el estilo de vida y las disciplinas fundamentales que forman voces, no ecos. También veremos cómo Dios usa gente débil, cómo los conecta a sus promesas, y los transforma de ser fuegos que se apagan a lámparas encendidas que arden y alumbran y que transforman la historia.